Obtuvo el primer lugar en el Certamen de Alimentos Innovadores 2015 que se llevó a cabo en el Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud (CICS), Unidad Milpa Alta del IPN.
Karina Castro Rodríguez, integrante del equipo ganador y del tercer semestre de la Carrera de Nutrición, explicó que las semillas de calabaza contienen una variedad de fitoesteroles y antioxidantes que son compuestos vegetales que pueden captar radicales libres, además benefician al hígado y a los sistemas cardiaco e inmunológico.
No obstante sus múltiples beneficios, dijo que el producto se enfocó en la salud de la próstata de los hombres mayores de 40 años, en virtud de que en la medida que disminuye el zinc en su cuerpo, también reduce la testosterona e incrementa la actividad de la enzima 5 alfa reductasa, que junto con otros factores, provoca el agrandamiento de la próstata, conocido también como hiperplasia benigna prostática.
A su vez, Katia Carolina Pozos Quiroz, también del grupo que desarrolló el proyecto Prostazinc indicó que la leche de calabaza podría ser incorporada en el desayuno o en la cena de una persona de 35 años, además se puede consumir por quienes son intolerantes a la lactosa, porque la base de esta bebida es agua.
En la elaboración del producto, utilizaron piloncillo como endulzante, porque a diferencia de la azúcar refinada, posee las propiedades y los minerales de la caña de azúcar, como son calcio, potasio, magnesio, cobre, hierro y fósforo, así como ácido ascórbico.
Para desarrollar este producto se realizó una investigación en libros de nutrición química y referencias de fitoterapia, por lo que no descartan realizar estudios más profundos sobre los efectos benéficos de la leche de semilla de calabaza en la salud humana, para comercializar Prostazinc.
El alumno Carlos Eduardo Pozos Quiroz informó que datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) indican que en 2005 se presentaron aproximadamente 64 mil citas en todo el país relacionadas con problemas de la próstata, que es la segunda causa de consultas en institutos de urología y la primera causa de intervención quirúrgica.
Por ello, agregó, “nuestro interés de desarrollar este producto con el fin de que sea un suplemento preventivo económico y de fácil acceso”.
Otra integrante del equipo, la estudiante Elizabeth Ramos Bautista, señaló que una vez abierto el producto se tiene que conservar en refrigeración por un periodo de cuatro a seis días, pero ya trabajan en una presentación en polvo con saborizante.
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